Thursday, 26 March 2015

Reseña: Festival Elpatron Records Día 2

La cita era temprano en la noche en Casa Ensayo, una particular mezcla de sala de ensayos y tienda para tomar cerveza barata, ubicada como lunar carnoso en la tersa piel de una de las zonas más antipáticas, homogéneas y excluyentes de la ciudad. Al llegar nos recibieron no sólo las dos cervezas que incluía la entrada sino varios grupos conformados por los músicos de las distintas bandas y sus amigos, hablando tranquilamente, compartiendo cervezas y cigarrillos en un ambiente de camaradería que representaba con fidelidad el espíritu del que parte el festival y el mismo Elpatron Récords: Juntarse con amigos a hacer y disfrutar música, sin grandes pretensiones ni complicaciones.


Los primeros en subirse al escenario -Y aquí la expresión “subirse al escenario” se usa como un simple recurso lingüístico, porque en este festival los músicos y sus instrumentos se ubican en el mismo nivel que el público, rodeados por sus amigos y familiares, en medio de sus espectadores- fueron los chicos de Blue Haunted Fish, quienes presentaron canciones con un importante contenido narrativo, que beben de grupos alternativos del rock y el folk actual al tiempo en que toman sorbos del clásico blues gringo y del afamado género del “singer-songwriter” anglosajón, ofreciendo un set compacto, capitaneado por el histrionismo, baile y carisma de su vocalista Miguel Mendoza.

 
Luego de un breve receso invertido en cervezas, cigarrillos y fresco aire nocturno bogotano, Tres Cabezas empezó su presentación. Con una alineación clásica de guitarra-voz, bajo y batería, esta agrupación trajo a la segunda noche del festival un sonido más local, letras en español y cierta cercanía con el rock y pop latinoamericano y específicamente colombiano, presentando canciones con percusiones y bajos que incitan al baile y brillantes solos de guitarra que recuerdan las claras intenciones roqueras de la agrupación al tiempo en que dejan claras sus búsquedas y mezclas.


Para cerrar la noche, entre máscaras de luchador mexicano y caretas de ski, los Estado monomental dieron una contundente descarga de ruido, distorsiones y experimentación, haciendo un rock rápido, fuerte y libre, que coquetea con el jazz y la improvisación, que salta, grita y causa estragos gracias a la fuerza de la unión de estos cinco diestros intérpretes, cada uno enteramente entregado a su instrumento como si de ello dependieran sus vidas.




Hasta ahí llegó esa noche del festival de Elpatron Récords, un festival para enterarse de qué está pasando en cierta porción de la escena musical bogotana, de cuáles son esas propuestas que están ensayando con juicio y midiéndose en los pequeños y medianos escenarios de nuestra ciudad, lanzándose con la vitalidad, la energía y las ganas que sólo tienen los que no tienen nada que perder y mucho por ganar; cuatro fechas para pasar un rato entre amigos escuchando música nueva, hablando y disfrutando del encanto de lo pequeño, de lo aún no descubierto, para crear vínculos en una comunidad de amigos que trabaja fraternalmente por lograr espacios para todo aquel que tenga algo por decir y se atreva a hacerlo.

Van dos noches, quedan dos.


Reseña por: Gabriel Muelle
Fotos: Maria Alejandra Velandia - Valentina López

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