Mientras el primer día de esta segunda edición del festival ElPatron Records fue un maratón, con cinco bandas en 4 horas, el segundo día pareció más una carrera de 100 metros—corta y más rápida, pero igual de intensa. Desafortunadamente la banda cabeza de cartel, Los Telebolitos, tuvo que cancelar por un tema de salud de su cantante. Sin embargo, pasaron por la Casa Relámpago el primer día a hablar con los organizadores y apoyar a las demás bandas, un gran gesto de solidaridad de parte de una importante banda de la escena local. A las dos bandas que quedaron les tocó llenar el vacío, pero con su sonido inmenso, composiciones sofisticadas y muy buenos arreglos, no fue difícil.
SER SONICO
Ser Sonico abrió la noche con sus guitarras entrelazadas reflejando por toda la casa. Su música se podría llamar rock indie futurista, muy bailable, influenciado por grupos como Bombay Bicycle Club y Foals. Jonathan, el cantante, está en camino de convertirse en un gran vocalista, y subió la energía de las canciones en momentos claves golpeando un tambor que tenía a su lado. No pude dejar de pensar en lo increíble que es lo que puede generar un buen riff de bajo tocado sobre un ritmo disco sencillo. Y si añadimos arreglos de guitarra impecables, tenemos la receta para el placer musical que Ser Sonico provoca. “Ícaro”, fue la mejor canción del set para mí, un tema que evocó el mito griego con sonido: desde el deseo de deshacerse de los limites humanos, hasta las consecuencias de volar demasiado cerca al sol.
MIMOS OF COLOR
La siguiente banda, Mimos of Color, puso a los últimos sobrevivientes de este segundo asalto del festival ElPatron Records a bailar. Aunque yo asumí por su video para “Un par de extraños” que se trataba simplemente de otra banda influenciada por Arctic Monkeys, en vivo mostraron que su sonido es más amplio, con elementos de funk enriqueciendo su rock & roll. La bajista, Nathalia Rojas, tiene un nivel de virtuosismo en su instrumento que nos dejó a Alex, el bajista de AppleTree, y a mí, asombrados. Los integrantes tienen claro el sonido de la banda, y fueron el grupo que más encontró un sonido apropiado para el espacio—lleno, pero sin sonar demasiado duro. El cantante, John, tiene dos de las cosas que más me gustaron del festival—una guitarra Fender Jazzmaster muy bonita, y una voz gruesa con mucho estilo. Me sonó tan bien que al final le pregunté si tenía algún efecto especial, pero con risa me respondió que “nada”. Tocaron un buen cover de “Lonely Boy” de The Black Keys, pero la canción propia, “Yo Por Mi Lado”, con sus coros de “bla, bla, bla”, fue la mejor. Todavía la tengo pegada.
Así cerramos esta segunda edición del festival ElPatron Records, un evento hecho de modo DIY para fomentar la escena alternativa en Bogotá. La Casa Relámpago, con sus paredes llenas de graffiti, escaleras precarias, y sí—un par de goteras—se comportó a la altura, y siendo honesto le cogí algo de cariño. Como cualquier cosa en la vida, el festival no estuvo exento de problemas, pero todo se manejó con el máximo respeto por las bandas y únicamente con un principio fundamental: el amor por la música independiente. He participado en las dos ediciones del festival ElPatron Records hasta ahora, y en ambas ocasiones descubrí nuevas bandas, conocí nuevos amigos, y la pasé increíble. Afortunadamente hay gente que reconoce la importancia de abrir espacios alternativos para tocar—así no sean perfectos—ya que no todos podemos ser parte de la rosca que intenta monopolizar la escena de la ciudad. Adelante músicos de verdad. Adelante ElPatron Records. Adelante mujer tirando con un rayo.
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